Hay historias que inspiran.
Y después están las que directamente te hacen replantear qué estás haciendo con tu tiempo. Esta es una de esas.
Jack Ficks es un joven que, en lugar de seguir el camino convencional de la universidad y el empleo corporativo, decidió apostar por sí mismo.
Aprendió a programar por su cuenta, creó dos aplicaciones desde el sótano de la casa de su madre… y hoy genera más de $10.000 dólares al mes con ellas.
¿Lo más interesante?
No empezó con una gran inversión ni con experiencia previa.
Empezó con ganas, foco, y una estrategia clara.
El comienzo: McDonald’s, universidad y una gran decisión
Jack trabajaba en McDonald’s y estudiaba en la universidad, pero había algo que no lo dejaba tranquilo: quería libertad. Autonomía total. «Prefería estar sin hogar antes que pasar la vida haciendo algo que no disfrutaba», dice.
Así que hizo lo impensado: renunció a su trabajo, abandonó la universidad, y se encerró en el sótano de su madre para crear productos digitales.
Spoiler: le salió bien.
Curiosity Quench: la app que combate el scroll infinito
Su primera creación fue Curiosity Quench, una app diseñada para ayudar a las personas a dejar de perder tiempo en el celular. En vez de scrollear sin sentido, la app te propone pasatiempos y desafíos para estimular tu curiosidad.
La construyó mientras aprendía a programar. No fue fácil: errores, frustración, rediseños… pero persistió. Hoy tiene más de 100.000 descargas, cobra una suscripción anual de $30 y le deja ingresos recurrentes por más de $3.000 al mes.
PostBridge: automatizar la promoción de su propia app
Mientras promocionaba Curiosity Quench, Jack notó que pasaba media hora al día publicando manualmente en redes sociales. Quiso encontrar una herramienta para facilitar ese proceso, pero todas eran demasiado caras. Entonces hizo lo que todo buen emprendedor hace: creó la suya propia.
Así nació PostBridge, una herramienta de programación de contenido para redes sociales. En solo cinco meses alcanzó los $7.000 mensuales en ingresos.
¿Suena fácil? No lo fue. Pero Jack se apalancó en algo fundamental: resolvió un problema real que él mismo sufría.
¿El secreto? Marketing diario, orgánico y sistemático
Jack dedica una hora al día exclusivamente al marketing. Nada de anuncios pagos. Su estrategia consiste en:
- Estudiar contenido viral en TikTok e Instagram.
- Crear plantillas de videos simples (de 6 segundos o menos).
- Publicar, medir, ajustar y repetir.
- Usar títulos y comentarios como llamadas a la acción.
Una sola plantilla, bien hecha, puede generarle decenas de miles de vistas y miles de descargas. Todo sin gastar un peso.
Validar rápido, construir simple
Para validar sus ideas, Jack sigue una regla clara: ¿yo pagaría por esto? Si la respuesta es no, no lo construye. Así de simple.
Su proceso de desarrollo es caótico pero efectivo: entra a su editor de código, abre ChatGPT, pregunta cómo hacer lo que quiere y empieza. Mejora de a poco, semana a semana.
La clave está en lanzar rápido, iterar constantemente y escuchar al usuario.
Monetizar no es lo mismo que atraer
Otro aprendizaje importante: captar atención no es lo mismo que convertir usuarios en clientes. Para eso, Jack recomienda:
- Mostrar con claridad qué problema resuelve tu app.
- Usar pruebas gratuitas (pero pidiendo tarjeta).
- Agregar un descuento atractivo en planes anuales.
- Construir productos que la gente realmente necesite.
Un día en la vida: foco total
Jack se despierta temprano, duerme sus 8 horas, trabaja en bloques intensivos de 2 a 4 horas, almuerza y vuelve a enfocarse. A la hora de la cena, cierra el día. ¿Su herramienta más poderosa? Un temporizador que lo obliga a concentrarse al 100%.
Lecciones para creadores solitarios
Si estás construyendo un producto digital, estas son las lecciones más valiosas de Jack:
- Resolvé un problema que vos mismo tengas.
- No busques la idea perfecta, empezá a probar cosas.
- Publicá en redes mostrando lo que hacés, no solo frases inspiradoras.
- No tengas miedo de exponerte: a nadie le importa si fallás.
- Persistí, incluso cuando sientas que todo va mal.
Jack tardó 3 años en ver resultados. Pero hoy vive de lo que construyó, tiene total libertad y sigue creciendo.
¿Vos también querés lanzar tu propia app?
Inspirate en la historia de Jack y empezá a construir hoy. No necesitás grandes fondos, ni un título, ni una oficina. Solo necesitás resolver un problema real, probar, fallar, ajustar… y no rendirte.